Comentarios de los artistas - 2014
Eva Lyman - Estados Unidos
Pintura y fotografía - Noviembre 2014
Es difícil describir este sentimiento que invadió mi ser desde el momento en que llegué a Sachaqa. Las palabras "relajado" o "en paz", dan solo una idea de lo que es. Es la sensación de un río que fluye a su propio ritmo, a veces corriendo, a veces arremolinándose, pero no tienes que hacer nada, simplemente deja que suceda y haz lo que te venga a hacer. No tienes que actuar, reaccionar, empujar, jalar, complacer, proteger, luchar, intentar, mentir... Ese creo que es el regalo de este lugar. Todo y todos parecen convivir entre sí de forma totalmente orgánica y no forzada. Y hay algo en la simplicidad, la esencialidad pura de este lugar, creo, que permite que la magia se manifieste. Esta extraordinaria libertad de la distracción y la materialidad me permitió acceder a un nuevo pozo de creatividad dentro de mí. No puedo recomendar esta experiencia con más fuerza a ningún artista. Es una rara oportunidad y privilegio.
Experiencia de grupo
Shelby Crisco - Estados Unidos Florida
cerámica y pintura septiembre 2014
Me topé con Sachaqa una noche después de llegar a casa de mi segundo trabajo. Fue en ese momento que decidí tomarme un descanso de la vida. Había estado trabajando 70 horas a la semana, junto con un horario completo en la Universidad.
Sachaqa me dio la oportunidad de respirar el aire limpio de la jungla y me presentó a nuestro verdadero planeta, sin el caos de lo que hemos creado.
Mi tiempo allí fue el momento más artísticamente inspirador de mi vida hasta el momento. Solo aquí puedes vivir la experiencia de pintar con minerales naturales, en una choza de bambú, rodeado de la selva virgen de la madre tierra, y toda la música que vibra dentro de ella.
Lo que no anticipé ganar de mi aventura en la jungla fueron los increíbles amigos que encontraría en el camino, que durarán toda la vida.
Sachaqa me ha enseñado a reducir la velocidad y apreciar esta vida por lo verdaderamente hermosa que es. No hay un día que no piense en el Perú. Gracias Daniel, Trina y San Roque de Cambaza.
Natasha Mistry - Reino Unido
pintura septiembre 2014
En enero de 2014 no pude soportarlo más, le envié un correo electrónico a Trina y me presenté. Ella dijo "ven acá". Así que lo hice.
Cuando llegué a San Roque De Cumbaza, estaba oscureciendo. Subí la colina hacia la casa de Trina y le pregunté si estaba en el cielo. Se sentía tan mágico como si estuviera en un cuento de hadas. Estaba feliz y sabía que mi intuición me había llevado al lugar donde debía estar.
El primer artista del grupo que conocí fue Shelby, un artista de 24 años de Florida. Íbamos a compartir una cocina juntos, y nuestros dormitorios estaban uno al lado del otro. Nos conectamos de inmediato y hablamos hasta bien entrada la noche sobre nuestras razones para venir a la jungla.
Los siguientes artistas que conocí fueron Nila y Nioli. Se estaban quedando en la otra casa más arriba en la colina. Eran fotógrafos de Nueva York, señoras muy interesantes, con muchas historias que contar. Nila se quedaba más tiempo que Nioli, entonces las tres compartíamos anécdotas, o hablábamos de películas, documentales o ex novios. Tu dilo. ¡Hablamos de tantas cosas... y comimos tanto bizcocho de chocolate y plátano!
Martha llegó poco después de la partida de Nila. Era un poco mayor que el resto de nosotros, tenía esposo e hijos. Al principio se mantuvo en sí misma, lo que todos respetábamos, entendiendo que todos estábamos en busca de cosas diferentes aquí. Pero, después de un tiempo, pronto estábamos compartiendo historias y tocando los bongos en la cocina.
Emma llegó después, y ella era la más joven. Un pintor de Nueva York. Literalmente se bajó del avión, vació el contenido de su maleta en el piso del estudio y comenzó con su primera pieza. Eso fue impresionante en mi libro.
Y así, los cuatro nos convertimos en un "Motley Crew" de la jungla; comer, conversar, explorar la selva tropical juntos y hacer excursiones. Lo más llamativo fue que todos éramos de diferentes edades, todos de diferentes orígenes; pero teníamos una conexión muy fuerte. Me vi en cada uno de ellos, y me hizo sonreír cuando vi mi reflejo en cada uno de ellos. Una parte de mí realmente piensa que estaba destinado a conocer a estas increíbles mujeres que habían dejado sus trabajos, esposos y responsabilidades; y viajaron solos al Amazonas, en busca de algo... un espacio para crear quizás, un tiempo para pensar y reflexionar sobre sus vidas. En busca de curación, o simplemente existir simplemente... respirar la naturaleza y ser uno con la naturaleza. Para mí, la experiencia más sanadora fue compartir historias, comida y risas con mis hermanas del alma.
En mi sueño estaba hablando con plantas bajo un mar de estrellas. Durmiendo en el ombligo de La Madre, las nubes hacían cuentos y bailaban vestidos de arcoíris en un cielo de pájaro azul. Las mariposas venían girando sonrientes piedras blancas junto a un río sagrado donde encontré mi corazón. Los niños eran ángeles, vestidos de marrón y negro, con los ojos muy abiertos y puros como cristales transparentes. Una mujer embarazada esperaba allí fuerte y hermosa, cocinando nueva vida. Insectos camuflados y blindados se movían por todas partes con alas de polvo y prismas. Una crisálida era dorada y soñaba en un mundo al revés. Sobre la tierra anaranjada y beige un espíritu cantaba en el crepúsculo, un pájaro o un fantasma de un recuerdo olvidado. Montañas verdes me sostuvieron y me deslicé sobre arcilla oxidada y recogí semillas en mi cabello. Una mujer me mostró que nada es todo dentro de una simple olla. Mi cuerpo se movía como un caballo pesado, pisando caminos y campos. Desperté antes que los gallos y observé con asombro la labor milagrosa y difícil del café, los plátanos, el maní y las plantas para paredes y techos. La gente se movía por las montañas como ágiles panteras y me saludaba educadamente. Mientras tomaba café y la luz del sol líquida, me bañaron las palabras de sabiduría destiladas en un invernadero de vida. Desnudo hasta los huesos de la vida moderna y mirando a los ojos con el contenido de mi ser, entré por una grieta dentro de una montaña junto a un arroyo prístino con arena blanca y brillante. Me hice uno con Ella, que era la Selva, la Montaña, el Agua, la Tierra Viva. Ella era mi Madre y yo también era Ella. Un misterio profundo y maravilloso me rodeaba y se despertó en mí a través de paredes de barro y techos de paja. Alguien me cantó mi canción y con un susurro de hojas y una bocanada de humo, estaba vivo en El Sueño. Hubo conversaciones secretas de cosas secretas que nunca se contaron, pero que estaban disponibles para cualquiera con un corazón limpio. Dulces espacios sagrados me fueron revelados cuando la Selva me acogió y llenó mi aliento con fotones y clorofila. Estaba en un lugar extranjero que se sentía como en casa. Embelesado: cada piedra, hongo, árbol, animal, pájaro, insecto y persona era un nuevo tótem, un nuevo maestro, un nuevo mensajero. Mis Mayores se mantuvieron altos y fuertes y sus palabras y corazones cantaban como ecos mágicos recordándome y recordándome a mí. Me enamoré de toda una familia y de todo un pueblo. Cada desafío era una alegría. Cada lágrima de despedida era una oración.
Gracias Sachaqa.
cielo santiago
(alias Sky Woman, Child of the Mystery of life
Sky Santiago - Estados Unidos
Técnica mixta- Junio 2014
Shan wang - Estados Unidos
Diseñadora de telas - Marzo 2014
Diseñé y cosí ocho vestidos en once días. A pesar de la rigurosa concentración y el tiempo que dediqué a esta hazaña, pasé gran parte de mis casi tres semanas en San Roque interactuando con los lugareños y aprendiendo sobre el estilo de vida de los pueblos del norte del Perú. En mis vestidos, se pueden encontrar elementos de mis experiencias, experiencias que van desde las muchas formas de preparar y cocinar la nuez de Sanchi Inchi hasta la caza de la vida silvestre local y la exploración de los tejidos de chumbe de los pueblos vecinos. Cada vestido tiene un componente local y utiliza textiles comprados en Tarapoto. Por ejemplo, se usa pelo de caballo trenzado del pueblo para conectar un vestido de dos piezas. En otros vestidos, los tejidos tradicionales de Lamas y los tejidos entintados de Pucallpa se integran a mis diseños modernos. Para el blog de Shan sobre su experiencia en Sachaqa y muchas más fotos de sus diseños de vestidos,
Kris Friesen-Canadá
Boaz y Anika Barken y familia
Dinamarca
Danza y aventura - Ene 2014
Viaje familiar a Sachaqa. El pasado mes de enero Anika y yo decidimos llevar a nuestros dos hijos (9 y 6 años) de viaje a Perú. Queríamos experimentar la selva, pero no queríamos seguir las visitas guiadas, ya que hemos aprendido por experiencia que quedarse un tiempo en un lugar funciona mejor para la familia que moverse de un lugar a otro. Queríamos un lugar en el que pudiéramos pasar tiempo y conocer, sentirnos como en casa. Buscamos en línea y encontramos Sachaqa con una iniciativa clara y fuerte detrás. Tan pronto como leímos sobre el lugar, supimos que sería nuestro destino. La idea de poder quedarnos con personas tan dedicadas a las artes, la comunidad local y el medio ambiente, nos dio esperanza. Espero que podamos encontrar un hogar en Perú. Nuestro tiempo en Sachaqa fue todo lo que esperábamos. Llegamos a quedarnos en la casa más hermosa, acogedora y sencilla. Nuestra casa dentro de Sachaqa estaba en una ladera, a pocos pasos del pueblo de San Roque de Comaza. Un pueblo animado con una orgullosa historia. Tuvimos la sensación de que había un esfuerzo real para integrar la vida de la comunidad local y las nuevas iniciativas de ecoturismo. Hicimos muchos paseos por la selva cerca y más lejos guiados por Daniel u otros guías. Fue fácil alquilar un taxi y no había intermediarios organizando las cosas. Simplemente fuimos al pueblo y hablamos con la gente. O Trina y Daniel arreglaron las cosas tan amablemente. Entre los muchos aspectos destacados estaba la sensación de libertad que sentían nuestros niños en la comunidad. Después de unos pocos días, estaban caminando solos por la calle principal de tierra y hacia el río cercano. ¡Eso fue un gran problema para nosotros! Llegamos a conocer a algunos de los niños del pueblo por su nombre y ellos conocían el nuestro, y la rutina de venir a diario creaba una sensación de cercanía. Trina y Daniel también nos presentaron a la comunidad nativa que vive en las colinas de la zona. . Y tuvimos la oportunidad de practicar nuestras habilidades con la alfarería en la casa de unas amables mujeres. En lo alto de la colina, Sachaqa era una pequeña comunidad formada por Trina, Daniel y los niños, así como los artistas residentes y cualquier otra persona que pasara. por. Parecía que Sachaqa era una comunidad pequeña pero global de artistas, creadores, creadores comunitarios y de alimentos con ideas afines, y mucho más. Hacia el final de nuestra estadía de 12 días, tuvimos el placer de viajar con Daniel (y su hijo, Jacob) al gran río! Un viaje de medio día y bien vale la pena. Daniel organizó un viaje en bote súper emocionante a una granja de cacao en una isla en medio del río. Esta finca está dirigida por una familia y tuvimos la oportunidad de hablar con ellos sobre la vida agrícola en el cultivo de hoja de coca posterior a los narcóticos. Fue fascinante. Desde allí continuamos con el bote y los niños hacia unos arroyos escondidos en la jungla rodeados de orugas de los colores más asombrosos. Después de 12 días sentimos que hicimos un pequeño hogar en el alto Amazonas, y fuimos testigos no solo de las comunidades locales sino también de las nuevas y la vida emergente de la gente que se muda de la ciudad a la selva. Fue a través de Daniel y Trina que pudimos ingresar al Amazonas de una manera tan directa y segura. Deseo tal experiencia para muchas otras familias como la nuestra.
